Este articulo es muy interesante:
¡Cuán difícil resulta escribir en estos días sobre los mercados de América Latina! Desde que dimos inicio a este blog, siempre intenté armar los artículos tomando una variable -el precio del oro, el petróleo, los cereales, etc.- e imaginando su evolución en nuestra región.
Pero ya es hora de admitirlo: por más que uno insista, no es posible seguir generalizando sobre Latinoamérica, que hoy se divide en al menos dos subregiones y media.
Helas aquí:
Los "investment grade"
El primer grupo lo constituyen aquellos países que ya recibieron la bendición de una o más calificadoras internacionales de riesgo o están a punto de recibirla: hablamos de Brasil, Perú, México, Chile y Colombia, que tomaron un rumbo pro mercado, más bien predecible, donde se persigue que los cambios de gobierno no afecten en demasía las reglas de juego para las empresas y los ciudadanos de a pie.
El objetivo es permitir proyectar negocios a largo plazo. No son Europa, tampoco EE.UU., pero al menos en algunos aspectos cada vez se les parecen más.
Los precios de sus activos reflejan esta decisión de su dirigencia, de allí que sean altos en relación con su pasado. La pregunta es si siguen estando baratos de cara al futuro.
Los "estatizadores"
El segundo grupo está encabezado por Venezuela y Bolivia, cuyos gobiernos adoptaron un rumbo contrario a los preceptos capitalistas acerca de la propiedad privada al estatizar empresas e incrementar sensiblemente la participación del Estado en la mayoría de los asuntos comerciales.
Esta reorientación de la política económica hundió los precios de los bienes aún privados, cuya valoración no depende tanto de las cualidades del negocio como del vínculo de sus administradores con los gobernantes.
Los "ambiguos"
Finalmente, podemos incluir en nuestro esquema un tercer grupo de países cuyo destino parece difícil adivinar. Argentina y Ecuador se encuentran en él. Los precios de sus activos son muy baratos si se los compara con los del primer grupo, pero bastante caros si finalmente eligen el sendero estatizador.
El dilema
La regla del buen inversor señala que uno debería comprar cuando los precios están baratos para vender cuando están caros, euforia mediante. El problema para las comparaciones entre países latinoamericanos es que la región ya no se muestra tan homogénea como antes en términos financieros: atraviesa distintas realidades y, por lo tanto, todos los precios tienen fundamentos.
Y si las viejas comparaciones ya no valen, no queda otra que contrastar los valores de los activos con sus semejantes en las economías modelo.
Cabe el ejemplo: si el metro cuadrado en San Pablo cuesta en dólares lo mismo que en Nueva York, tiendo a pensar que por mejor que evolucione Brasil, todavía no se justifica esa relación. O uno está caro o el otro, barato.
En caso de pretender evaluar los activos de Venezuela y Bolivia uno debería mirar al menos de reojo a China.
Argentina y Ecuador por ahora son un mix: creen en la propiedad privada y en un modelo de desarrollo económico capitalista, pero si las empresas están manejadas por amigos del Gobierno, mejor.
Conclusión
Los mercados no tienen ideología, simplemente quieren conocer de antemano el rumbo de las políticas estatales para saber dónde ubicarse. Comprar o vender, esa es la cuestión.
Fuente: Invertia
Hola, soy Edmundo Delgado, el autor de este blog, solo queria comentar que con el ingreso generado del blog seguire un curso de la bolsa de valores (dura 1 año) el cual mientras este en clases lo ire publicando, por lo que espero su apoyo. Gracias
América Latina: dos mundos y medio
Etiquetas: TomandoConcienciaPublicado por Edmundo Delgado en 9:37
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